No es lo que me muestras a veces
sino un presagio de nuestros Elisios,
nuevas fugaces de lo que tus labios me traen.
Como el arrullo que se oculta esquivo
al acecho de la inmensidad
nuestro futuro nos embosca cada vez más y más
hasta hacernos explotar, en ese preciso instante
en que nuestras almas se encuentran desnudas
en esta noche eterna que será siempre
nuestro mundo perfecto para nosotros. . .
sino un presagio de nuestros Elisios,
nuevas fugaces de lo que tus labios me traen.
Como el arrullo que se oculta esquivo
al acecho de la inmensidad
nuestro futuro nos embosca cada vez más y más
hasta hacernos explotar, en ese preciso instante
en que nuestras almas se encuentran desnudas
en esta noche eterna que será siempre
nuestro mundo perfecto para nosotros. . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario